Estimado Amigo:
¡Qué verano! Estuvo lleno de eventos geopolíticos, desastres naturales y un ataque al suministro de petróleo del Medio Oriente. En medio de todo esto, lentamente un escenario se fue manifestando: la economía global se está debilitando. Aunque todavía encontramos datos para respaldar una continua expansión en EE. UU., como las bajas tasas de interés, el crecimiento saludable de los salarios, el fuerte gasto del consumidor y los balances fuertes de los hogares (Gráfico 1), también vemos indicadores que predicen una caída: desempleo históricamente bajo, crecimiento estancado de las ganancias corporativas y gasto de capital débil (Gráfico 2). Cuando algunos aspectos de la economía no pueden mejorarse más, es natural que el motor de crecimiento se desacelere. Por ejemplo, la tasa de desempleo alcanzó el 3,5% en septiembre, la más baja desde 1969, y cada vez es más difícil encontrar nuevos trabajadores. En general, creemos que se está produciendo una desaceleración cíclica, pero no necesariamente una recesión inminente. Sin embargo, la falta de claridad está perjudicando la confianza empresarial y causando retrasos en la inversión.
La debilidad ya se mostraba antes de que la guerra comercial se intensificara durante el verano. La disputa arancelaria ha elevado el nivel de incertidumbre y va a afectar el consumo y la rentabilidad. El impacto podría ser significativo en ambos lados del Pacífico. Creemos que China está preparada para luchar en esta guerra comercial durante mucho tiempo. La determinación de China se ha demostrado en los paquetes de estímulos anunciados y en la apertura acelerada de los mercados financieros. Es poco probable que China acepte un acuerdo en el que solo gane Estados Unidos. La verdad es que no hay un ganador en una guerra comercial, y el comercio no es un juego de suma cero; tiene que ser una situación beneficiosa para ambos para que se puedan poner de acuerdo.
La globalización y la deslocalización de negocios han dejado atrás a muchos trabajadores, pero las políticas comerciales no son la única causa de la desigualdad y el lento crecimiento de la productividad. Las políticas tributarias inadecuadas, los sistemas educativos obsoletos y las inversiones insatisfactorias a largo plazo son mucho más perjudiciales. Según un artículo reciente de dos profesores de la Universidad de Harvard, el ingreso familiar promedio en EE. UU. aumentó un 3% anual entre 1948-1973, pero tan solo aumentó un 0,4% anual después de 1973. La desigualdad comenzó mucho antes de que China se uniera a la Organización Mundial del Comercio en 2001. De manera similar, la deslocalización de la capacidad de fabricación de bajo valor añadido y alta contaminación tampoco puede ser responsable de la débil mejora de la productividad. Culpar ciegamente a China por cada problema y continuar ignorando los problemas más graves solo conduce a más eventos geopolíticos y dudas sobre las actividades económicas y las inversiones de capital.
Además de la guerra comercial y las señales de advertencia mencionadas anteriormente, existen otras preocupaciones: el impacto de las próximas elecciones, las tasas de interés negativas y la fricción del Brexit. No solemos ver tantos desafíos al mismo tiempo. A medida que aumenta la incertidumbre, necesitamos tener inversiones adecuadas para la desaceleración. Similar a los huracanes, si podemos prepararnos con anticipación, podemos evitar peores desenlaces. En el caso de un declive económico, para cuando sea confirmado, probablemente ya estaremos más cerca de la recuperación que del suelo.
Presentamos aquí las áreas de oportunidades para prepararse ante una posible desaceleración.
- Crecimiento sostenible y desarrollo temprano en una tendencia secular
Queremos tener compañías que tengan un impacto limitado a un entorno macroeconómico débil donde sea poco probable que la demanda de sus productos y servicios únicos disminuyan o sean de fácil reemplazo. El sector de la salud es un área que debería resistir bien la desaceleración. Hemos estado sobreponderados en el sector de la salud durante bastante tiempo, y ahora se ha convertido en el ancla de nuestra cartera. En el sector de la tecnología de la información, queremos ser dueños de empresas cuyos clientes no puedan reducir o retrasar sus pedidos incluso durante una desaceleración. Estos productos y servicios son los componentes críticos del futuro desarrollo de productos y operaciones diarias. Por ejemplo, en la expansión 5G, lleva años establecer los estándares, construir equipos e infraestructura, e innovar productos y servicios finales. La mayoría de estas actividades tienen que continuar incluso durante una desaceleración cíclica. Podríamos decir lo mismo sobre los proveedores de servicios en la nube.
- Fuerte balance y flujos de caja
No podemos enfatizar suficiente lo vital que es un balance sólido en una desaceleración. En las malas épocas, aquellos con apalancamiento sustancial solo podrán mirar y ver como las oportunidades les pasan por delante mientras que son aprovechadas por otros. Aquellos con flujos de caja estables podrán adquirir materiales a menor precio y continuar invirtiendo, contratando talentos y ganando cuota de mercado. Las empresas que puedan mantener o aumentar los dividendos en tiempos difíciles, serán consideradas las de mayor calidad y serán incorporadas a las carteras de los inversores cuando la preferencia se aleje del crecimiento a favor de la aversión al riesgo. El mejor ejemplo fue la adquisición por parte de JPMorgan de Bear Stearns a precio de liquidación en el punto álgido de la crisis financiera, cuando la mayoría de los otros bancos luchaban por sobrevivir.
- Expansión de márgenes
Nos gustan las empresas que pueden mejorar los márgenes en una desaceleración, ya sea mejorando la competitividad o realizando planes de reducción de costes/costos. Durante el proceso de mejora de los márgenes, las empresas suelen ajustar sus estrategias de mercado, corregir las operaciones y optimizar la localización de fabricación y las cadenas de suministro. Tales ajustes en un entorno desafiante a menudo generan un impacto positivo sostenible en las organizaciones. Márgenes más altos dan flexibilidad a las empresas para buscar el crecimiento una vez el ciclo comienza a cambiar. Caterpillar, por ejemplo, reestructuró su producción y procesos operativos durante la caída de los precios de las materias primas en 2015 y luego pudo ampliar sus márgenes en los siguientes años.
- Efectivo y renta fija
No creemos que podamos lograr una apreciación del capital a largo plazo acertando “los tiempos del mercado”. Sin embargo, tampoco podemos estar sin liquidez para poder invertir cuando surgen oportunidades en una desaceleración. Para los clientes que tienen un horizonte de inversión corto o que necesitan ingresos, seguimos prefiriendo valores que generan ingresos a plazos más cortos, a pesar de que el entorno actual de tasas bajas ha limitado nuestras opciones.
¿Qué puede cambiar todas estas predicciones sombrías y demostrar que nuestras expectativas son demasiado pesimistas?
- Políticas monetarias decisivas y estímulo fiscal a gran escala
La incertidumbre en las políticas monetarias es en sí una influencia negativa en el sentimiento de inversión y gasto. A pesar de la dirección del movimiento de las tasas de interés, preferiríamos tonos más claros en lugar de ambiguos de parte de los bancos centrales. Las herramientas fiscales pueden ser útiles cuando el efecto de las políticas monetarias está disminuyendo, y el sector privado es reacio a gastar. La mayoría de los países desarrollados se inclinaban hacia la austeridad y la reducción de la deuda desde la crisis financiera de 2008. Después de décadas de abandono, muchos proyectos públicos y de infraestructuras se verán obligados a una gran renovación si es que hay fondos disponibles. Dado que aprobar estímulos fiscales es una tarea más fácil en un entorno macroeconómico en deterioro, esperamos ver pronto a algunos países anunciando estímulos económicos. En Alemania, por ejemplo, se intensifica el debate para abandonar temporalmente el objetivo de un presupuesto público equilibrado, pedir prestado a tasas de interés negativas e invertir en infraestructura ecológica y tecnologías.
- Un cambio en la retórica de la guerra comercial
La postura de China es bastante clara, y sus acciones son deliberadas y bien medidas. Creemos que el lenguaje oficial es más agresivo que las acciones tomadas. Los mensajes consistentes y el liderazgo inquebrantable son críticos para el régimen de un único partido. Al contrario, las acciones tomadas por EE. UU. parecen ser más tácticas. Tal comportamiento puede cambiar en un instante si el entorno externo difiere. El beneficio de una buena economía para un candidato presidencial en ejercicio va más allá de toda descripción. Por lo tanto, creemos que sigue habiendo una buena posibilidad de que ambas partes puedan llegar a un acuerdo, y que el sentimiento en declive se pueda detener o incluso modificar.
- China despliega más políticas a favor del crecimiento
Como la segunda economía más grande del mundo que crece al doble de la tasa global, China es el contribuyente más significativo al crecimiento del PIB mundial (ver Gráficos 3 y 4). China se está desacelerando con o sin la guerra comercial después de crecer a buen ritmo durante tres décadas. Al mismo tiempo, los problemas estructurales como el medio ambiente, la desigualdad y el elevado apalancamiento corporativo comienzan a afectar el motor de crecimiento. Afortunadamente, China todavía tiene muchas herramientas de estímulo. Años de crecimiento constante han creado una clase media más grande que toda la población estadounidense. Las políticas a favor del consumo tendrán un impacto significativo ya que el consumo contribuye en más del 50% a la economía. Si China puede mantener su motor de crecimiento en funcionamiento mientras otras regiones se estén acomodando, la recuperación no estará demasiado lejos. Por ejemplo, los ingresos de Nike en su mercado más grande, América del Norte, crecieron un 4% en el último trimestre, pero la compañía aún creció un 10%. La ayuda provino de China y otros mercados emergentes, que crecieron 27% y 13%, respectivamente.
Incluso con la preparación adecuada, ninguna cartera funcionará si no invertimos con una visión a largo plazo o si compramos a precios altos y vendemos a precios bajos. La historia ha demostrado que los inversores emocionales suelen ser demasiado optimistas en los mercados alcistas y demasiado pesimistas en los mercados bajistas. Nadie tiene una bola de cristal del mercado en un entorno tan lleno de eventos, y no debemos actuar de acuerdo con el miedo sino con un análisis racional de la información que se nos presenta.
Para su información
Charles Schwab & Co., Inc., junto con la mayoría de los “brokers” en línea, anunciaron recientemente que están eliminando los costes/costos comerciales para los clientes de Noesis, así como también todas las transacciones en línea para todos sus clientes. Esta decisión enfatiza aún más el poder del modelo independiente: el Asesor de Inversiones Registrado (RIA) que es la base de Noesis. Transparencia, bajo coste/costo, excelente ejecución, custodios independientes son todas las características de este modelo. Bernie Clark, vicepresidente ejecutivo de Schwab Advisor Services, dijo:
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